Para conocer un poco de la filosofía del Doctor Bach, expondremos un resumen de los argumentos descritos en sus obras, las cuales han sido difundidas por sus discípulos y seguidores, ya que todo su legado es custodiado por la Fundación Bach, con el objeto de preservar lo más fielmente posible sus investigaciones y enseñanzas.
Edward Bach escribe Cúrese usted mismo en el verano de 1930 en Abersoch, una pequeña villa marítima al noroeste de Gales. Acaba de dar forma al método del sol, su particular forma de elaboración de las esencias florales. Mientras recorre la campiña seleccionando las especies que considera más apropiadas y toma baños de mar, concibe esta obra, que merece ser considerada como una de las más relevantes y lúcidas del siglo XX.
Fotografía del Doctor Edward Bach
En esta obra nos dice que la causa real de las enfermedades tenemos que buscarla dentro de nosotros mismos.
Por eso es el fracaso de la medicina, porque trata los síntomas pero no las causas de nuestras dolencias.
La enfermedad, nos dice el Doctor Bach, es en esencia el resultado del conflicto entre el Alma y la Mente. No se erradicará más que con un esfuerzo espiritual y mental, que no debe ir dirigido únicamente al cuerpo, pues entonces se reparará superficialmente el daño y en cualquier momento hará su reaparición de otra forma.
Por otra parte la enfermedad, aparentemente tan cruel, es en sí beneficiosa, pues nos induce a corregir nuestros defectos esenciales y nos guía para comprendernos mejor, ya que no se erradica hasta que hayamos comprendido la lección.
Cuanto mejor nos conozcamos a nosotros mismos, antes podremos evitar la enfermedad , utilizando los síntomas como advertencias de nuestro ser interior por medio del cuerpo.
Esto nos lleva a la reflexión y el autoconocimiento, es decir, sería como la medicina preventiva.
Según el doctor Bach, el hombre tiene un Alma que es su Ser real, Nuestro paso por la tierra es un autoconocimiento y mientras nuestra Alma y personalidad estén en Armonía, todo es paz, bienestar y salud.
El hombre debe comprender la Unidad de todas las cosas. El Creador es amor y todo aquello de lo que tenemos conciencia es una manifestación de su Amor.
Así pues, la enfermedad es la etapa terminal de un desorden interior profundo, cuando actuamos contra la Unidad.
Puesto que las verdaderas enfermedades son: el orgullo, el egoísmo, la crueldad, el odio, la codicia, la ignorancia y la inestabilidad.
Si conseguimos a través del autoconocimiento y la reflexión armonizar nuestro ser y erradicar estos defectos, la enfermedad desaparecerá.
Para erradicar el defecto, hemos de desarrollar la virtud contraria, que lo ha de destruir. No destruyendo el mal, sino aportando tal cantidad de la virtud opuesta, que el defecto irá desapareciendo de nuestra naturaleza.
Tenemos, pues, que afanarnos en descubrir nuestros defectos y en desarrollar el lado amoroso de nuestra naturaleza hacia el mundo, llenándolo con la virtud opuesta.
Nuestro cometido en la vida es seguir los dictados de nuestro Ser superior, sin dejarnos desviar por la influencia de otros y esto sólo puede conseguirse siguiendo suavemente nuestro propio camino. Al mismo tiempo, no debemos interferir en la personalidad del otro ni causar perjuicio por odio o crueldad.
